¿Te duelen las piernas incluso cuando no hace calor?. Pues te conviene saber que quizá tengas INSUFICIENCIA VENOSA… o no.
¿Qué es la insuficiencia venosa?
La insuficiencia venosa es la incapacidad que tienen las venas de las extremidades inferiores para empujar la sangre desde éstas hasta el corazón, al fallar las válvulas que se encuentran en las paredes de las venas, pierden su elasticidad y puede producir hinchazón y la circulación se hace más difícil.
Las varices, también conocidas como insuficiencia venosa periférica, son dilataciones de las venas que, por diversas razones, no cumplen correctamente su función de llevar la sangre de retorno al corazón y, por lo tanto, la sangre se acumula en ellas, y se dilatan y vuelven tortuosas.
Habitualmente se utiliza el término varices para hacer referencia a las que aparecen en las piernas, por ser las más frecuentes, pero pueden surgir también en otras zonas del cuerpo como el esófago (várices esofágicas), la región anal (hemorroides) o en los testículos (varicocele).
La frecuencia con que aparecen depende de muchos factores, pero teniendo en cuenta únicamente las que dan lugar a manifestaciones clínicas, se puede considerar que entre un 10% y un 15% de la población las padece, aumentando este porcentaje con la edad y el sexo, pues hay más mujeres afectadas que hombres.
¿Hay señales que permiten descubrir la insuficiencia venosa?
El cansancio de las piernas acompañado de calambres y hormigueo así como la aparición de pequeñas venas azuladas (telangiectasias) y pequeñas venas (várices) son síntomas de la insuficiencia venosa.
¿Cuáles son los factores agravantes?
Los principales factores son:
– La vida sedentaria, las estancias prolongadas de pie o sentado.
– El aumento de peso, el hábito tabáquico y el aumento de la ingesta de alcohol de forma descontrolada.
– El estreñimiento
– Algunas situaciones en etapas como embarazo, menopausia, envejecimiento.
– Algunos medicamentos (anticonceptivos orales), etc.
¿Qué puedo hacer para su prevención? Tener en cuenta las siguientes recomendaciones.
1. No permanecer de pie, quieto o sentado largos periodos de tiempo: Si debemos hacerlo por motivos de trabajo o viajes largos en coche, avión o autobús, trataremos de mover frecuentemente los pies y las piernas, realizando giros con los tobillos. También conviene levantarse del asiento con frecuencia y andar unos cuantos pasos. Asimismo, es importante proteger las piernas de golpes y rozaduras.
2. Piernas arriba: Para aquellas personas que trabajen sentadas con el ordenador, es conveniente utilizar un reposapiés. Y durante la noche, mejor dormir con las piernas elevadas unos 15 centímetros.
3. Unos sencillos ejercicios todos los días: La práctica de ejercicios ha demostrado ser eficaz para la mejora de la circulación venosa.
4. Aplicar ligeros masajes en piernas y tobillos: Mientras permanecemos tumbados, podemos masajearnos las piernas desde los pies hasta los muslos.
5. Mejor ducha que baño: Podemos activar la circulación alternando duchas no excesivamente calientes (de 38º como máximo) con duchas frías en las piernas. Al finalizar, aplicaremos agua fría a las pantorrillas en sentido ascendente, para aliviar la sensación de pesadez.
6. Evitar la ropa ceñida y los ambientes demasiado calurosos: Las prendas de ropa muy ajustadas son desaconsejables porque pueden dificultar el retorno venoso desde las piernas al corazón. Además, conviene evitar toda fuente de calor (saunas, depilación mediante cera caliente, tomar el sol en las piernas…), ya que estimulan la dilatación de las venas y la aparición de varices. Utilizar calzados cómodos y frescos.
7. Atención a la alimentación: Tanto el sobrepeso como el estreñimiento pueden afectar a la circulación, por lo que para prevenirlos, resulta clave seguir una dieta rica en fibra, frutas, verduras y cereales.
8. El ejercicio, fundamental: Las actividades que más benefician a la circulación de las piernas son la natación o el caminar. El baile, la gimnasia y el realizar bicicleta estática o andar en bicicleta también pueden ser buenas alternativas para favorecer el retorno venoso.
9. Cuidado con el tabaco y el alcohol: Junto a la alimentación y la práctica de algún tipo de deporte, también debemos mantener unos hábitos sanos.
10. La posibilidad de utilizar medias de compresión: Nuestro médico puede orientarnos acerca de este tipo de soluciones, que actúan aproximando las paredes de las venas, de forma que facilitan que las válvulas cierren bien y que la sangre ascienda correctamente.
Consejos para la Insuficiencia Venosa Crónica:
Dieta y Ejercicio
Para prevenir las molestias y mejorar la circulación en las piernas se recomienda seguir una dieta sana y equilibrada. Hay alimentos que tonifican la pared venosa evitando su dilatación excesiva y facilitando el retorno de la sangre desde las piernas al corazón. Algunas también disminuyen el edema e hinchazón de los tejidos y activan la circulación. Frutos como los arándanos, las cerezas y las moras poseen estas propiedades.
Es importante una buena hidratación en la prevención de los traumatismos locales y en la protección ante la radiación solar, ya que previenen la aparición de complicaciones.
Caminar, subir escaleras, nadar y montar en bicicleta son algunos de los ejercicios más indicados para mejorar la circulación en las piernas, pues la actividad muscular en ellas devuelve la sangre estancada a la circulación y es el mejor motor para impulsar la sangre hacia el corazón.
Tabla de ejercicios:
Realizar los siguientes ejercicios todos los días.
De pié:
- Ponerse de puntillas.
- Caminar con los talones.
- Cambiar la posición: de puntillas, sobre los talones.
Tumbado:
- Movimiento de pedaleo: mover ambas piernas con energía (15 a 20 veces).
- Mover los dedos de los pies, con las piernas ligeramente elevadas y extendidas: flexionar y estirar sucesivamente los dedos (hasta 2 veces).
- Hacer movimientos de tijera con las piernas (10 a 15 veces).
- Mover cada pierna en pequeños círculos, hasta 10 veces.
¿Existe algún medicamento oral que mejore o cure de forma definitiva la insuficiencia venosa?
Hoy en día no existen estudios científicos que avalen que el tratamiento medicamentoso mejore o cure esta enfermedad. La mejor forma es su prevención. Su Médico de Familia valorará si en alguna etapa de la insuficiencia venosa debe remitirle a un especialista vascular para algún otro tratamiento quirúrgico o no.
Lo más recomendable es usar medias de compresión.
Cómo utilizar bien las medias de compresión:
Las medias de compresión tienen un doble efecto preventivo y terapéutico de los problemas venosos. Su mecanismo de acción consiste en la aplicación de presión externa sobre determinados puntos de las piernas y de manera decreciente hasta el muslo, de manera que favorece que la sangre ascienda hasta el corazón. También comprimen las venas, evitando que éstas continúen dilatándose y almacenando sangre en su interior.
Existen medias con diferentes niveles de compresión dependiendo del estadío que presente la enfermedad, la actividad del paciente o el segmento de la extremidad afectado.
- Compresión ligera y normal: recomendables para mejorar la circulación de las piernas cansadas; prevención de varices cuando existe cierta predisposición a que aparezcan; para mujeres embarazadas o cuando ya se presentan pequeñas arañitas varicosas; cuando se presenta dolor y cansancio severo en las piernas; cuando ya aparecen varices de moderado tamaño; y para cuando se deben cubrir extensas jornadas de pie o sentado o realizar viajes largos.
- Compresión fuerte: para tratar enfermedades venosas más graves y complicaciones. En este caso, es importante consultar con un médico.
Según la patología, la altura de la pierna en la que se localicen los síntomas y las preferencias a la hora de vestir, se recomienda utilizar prendas más o menos largas:
- Media corta: alcanza hasta justo por debajo de la rodilla. Son las medias más fáciles de llevar y adaptar.
- Calcetín: al igual que la media corta, alcanza justo por debajo de la rodilla, si bien es una prenda más tupida que abriga más en los meses de invierno. Aunque los usuarios del calcetín son mayoritariamente hombres, también es muy adecuado para las mujeres en las épocas de frío, ya que abriga más y encaja con el uso de botas. Existe también el calcetín confeccionado con hilos de plata, indicado para controlar la sudoración y el mal olor de los pies.
- Media larga: alcanza hasta la mitad del muslo. Se sostiene con bandas de silicona y permite llevar vestidos o faldas con comodidad. Además, resulta muy adecuada para embarazadas o personas con algún problema de incontinencia. Existe una versión especial para caballeros.
- Panty: alcanza hasta la cintura. Son la opción clásica para personas que prefieren llevar vestidos o faldas, especialmente si son cortas. Aporta una mayor sensación de sujeción en la zona abdominal. Además de la versión clásica, hay opciones para caballero, embarazada.
Beneficios de las medias compresivas en el running:
Las medias compresivas mejoran el retorno venoso y, con ello, el aporte de oxígeno a los músculos activos (es decir, que se ejercitan) y facilitan un incremento en el riego sanguíneo que hacen que la musculatura tarde más en hincharse y desgastarse a lo largo del ejercicio.
Las prendas compresivas reducen la fatiga muscular y que la producción de ácido láctico se concentre en la musculatura y no pase tan rápido a la sangre. Es decir, implican una mejora en la eficacia de nuestros músculos: se cansan menos, hacen que nos sintamos más livianos al correr.
Las medias compresivas son muy eficaces a modo de prevención. Principalmente porque al compactar los músculos implicados, minimizan el impacto y la vibración a la que se ven sometidos a cada zancada. Y muy importante, porque también reducen el movimiento oscilatorio de las fibras.
Esto se traduce en que los músculos no sufren tanto ni pierden tanta energía en carrera. Gracias a ello, se previenen posibles sobrecargas y molestias musculares que a la larga pueden derivar en lesiones y fascitis. En especial, para corredores de musculatura grande o pesada esto es una gran garantía ya que consiguen que el músculo ni les bote ni oscile. Asimismo, en carrera, este aporte de oxígeno y retorno venoso minimiza la aparición de rampas y calambres. E influye en que al finalizar el ejercicio la musculatura no quede tan tensa y agarrotada, como suele ser habitual. Las molestas agujetas se minimizan considerablemente.
Debe estar conectado para enviar un comentario.