HERIDAS EN NIÑOS

Con los niños de vacaciones… aumentan las horas de parque, juegos, carreras , excursiones familiares por la montaña…y los riesgos de que sufran caidas accidentales. Hoy voy a hablaros de cómo curar las heridas de los niños, o de cualquier persona. Las heridas de la piel están causadas por cortes, erosiones o lesiones punzantes como resultado de accidentes domésticos o caídas. Suelen asustar a los niños debido al sangrado, pero si se tratan adecuadamente disminuyen los riesgos de infección y de que dejen una cicatriz anómala. Los signos o síntomas más comunes de las heridas son el dolor, la hemorragia visible y la separación de los bordes de la piel. En caso de notar estos síntomas se debe acudir a un centro médico para que lo valoren.

¿Cuáles son las heridas graves?

Cómo curar las heridas de los niños

En general, todas las heridas que precisen asistencia sanitaria y que no sean erosiones superficiales. Para distinguirlas, suelen presentar alguna de estas características. – Bordes que no se juntan o que son rugosos, y que miden más de 2 o 3 centímetros. – Un tamaño superior al de la palma de la mano. – Dejan ver tejido subcutáneo, músculo o hueso. – Afectan a articulaciones, manos, pies, ojos y genitales. – Son profundas o se han realizado con un objeto punzante. – Penetran en cavidades. – Tienen introducido un cuerpo extraño. – No se pueden limpiar de manera adecuada. – Se han producido por la mordedura de personas o animales.

¿Qué debemos hacer?

Evita el contacto con la sangre tanto para evitar la infección de la lesión como para tu protección. Para ello, lávate las manos y ponte guantes desechables. – Detén la hemorragia presionando directamente sobre la herida, si no se ha parado espontáneamente. – Limpia la herida con agua corriente y fresca a chorro. Deja que el agua corra encima de la herida para que arrastre los cuerpos extraños (tierra o restos de tejidos) hasta que no quede suciedad. – Seca la piel de alrededor sin tocar la herida. Si un cuerpo extraño está clavado en la herida, intenta sujetarlo para evitar su movimiento. – Cubre la herida con un apósito estéril o un pañuelo limpio y seco. – Acude al médico para que valore el estado de la herida y valore si el niño o el bebé está vacunado contra el tétanos. – Vuelve a lavarte las manos después de haber prestado el primer auxilio.

Lo que no debemos hacer en caso de heridas

Heridas. Primeros auxilios a los niños

Frotar la herida para quitar la suciedad. – Retrasar la asistencia médica. El plazo para que se puedan aplicar puntos de sutura en una herida es de un máximo de 4 a 6 horas desde que se produce. – Poner vendajes apretados para evitar que sangre. – Cauterizar (quemar) la herida. – Poner antisépticos, pomadas, ungüentos o antibióticos sobre la herida. – Intentar extraer un cuerpo extraño clavado sobre la herida. – Usar algodón y alcohol, en caulquiera de sus formas.

Botiquín casero:

De igual manera es aconsejable llevar siempre un «pequeño botiquín de emergencia» en nuestras «aventuras familiares»...

¿Y cómo sabemos si una herida está infectada?

La infección es un riesgo común en las heridas: en las superficiales porque suelen ser extensas, y en las punzantes por la profundidad. Los signos y síntomas que puede presentar una herida son: – Inflamación y edema en los bordes. – Enrojecimiento del contorno de la herida. – Calor local, dolor y sensación de pinchazos en la herida. Y si la infección está avanzada, se añadirá: – Exudado de la herida de color amarillo-verdoso (pus). – Fiebre y malestar general.

Vacuna contra el tétano

Es falsa la creencia de que el tétano sólo puede transmitirse por heridas producidas por hierros, material oxidado o por la exposición a las heces de animales. Todas las heridas están expuesta a la infección, sobre todo, las sucias y las profundas. El tetani es un microorganismo que produce la enfermedad del tétano y no solo afecta a la zona dañada, sino que ocasiona lesiones neurológicas graves. En caso de no haber recibido ninguna dosis de esta vacuna o que haya sido administrada de forma incompleta, debes acudir a un centro médico y consultar con el pediatra. ¡Felices vacaciones, aventureros!

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