Ayer dia 25 de enero se celebró el día mundial de la lepra. (Día de la enfermedad de Hansen).
El “Día Mundial de la Lucha contra la Lepra” (World Leprosy Day) se celebra el último Domingo de Enero de cada año. Es una fecha para informar y concienciar a la población respecto a esta enfermedad. Tras movilizaciones y manifestaciones promovidas por Raoul Follereau en favor de los enfermos de lepra el 31 de enero 1954 se celebró oficialmente el primer “Día Mundial de la contra la Lepra”. Su objetivo era sensibilizar sobre la existencia de esta enfermedad y alejar la imagen negativa que se tenía de los afectados.
La lepra es una enfermedad infecciosa, de nula transmisibilidad cuando está debidamente tratada, aunque los pacientes que no reciben tratamiento sí constituyen una fuente de contagio, debido a la reacción inmune a alguna de las bacterias. La lepra ataca la piel, por lo que el aislamiento no solo no es necesario, sino que conlleva un alto impacto psicológico para el afectado.
La bacteria Mycobacterium leprae fue descubierta en 1874 por el médico noruego Gerhard Armauer Hansen, debido a lo cual se lo denomina bacilo de Hansen. Mycobacterium lepromatosis es una bacteria que fue identificada en el año 2008 en la Universidad de Texas.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) recuerda que el diagnóstico precoz y el inicio temprano del tratamiento mediante politerapia es la mejor estrategia para eliminar la enfermedad como problema de salud. El objetivo es alcanzar una prevalencia de la lepra por debajo de 1 caso por cada 10.000 habitantes, prevenir la discapacidad e impedir la transmisión de la enfermedad.
En los países menos desarrollados el miedo a la marginación, y las deficientes condiciones de la sanidad pública, hacen que los pacientes oculten su situación, con lo que no reciben el tratamiento adecuado y la lepra continúa siendo contagiosa, además de provocar daños permanentes.
La lepra se cura con un tratamiento sencillo, eficaz y gratuito en todos los países gracias al acuerdo alcanzado entre la OMS y las compañías fabricantes. Es primordial detectar a todos los enfermos lo antes posible y asegurarles un tratamiento adecuado.
A pesar de ser una patología con cura desde 1982, la precariedad para combatir la lepra se hace evidente en no pocos países, con obstáculos para su erradicación que van desde la falta de recursos económicos para adquirir medicamentos hasta los prejuicios de tipo religioso.
Debidamente tratada, la lepra resulta difícilmente contagiosa: es necesario un contacto muy estrecho con el enfermo, además de malas condiciones higiénicas y alimenticias.
Los enfermos de lepra suelen manifestar grandes manchas y nódulos en la piel. Pasado un tiempo, los síntomas anteriores derivan en graves deformaciones y secuelas irreversibles.
En muchos lugares, las personas afectadas y sus familias son marginadas hasta el aislamiento, algo que convierte laenfermedad de la lepra en un problema de primera magnitud.
¿Sabías que…?
A pesar de ser una enfermedad olvidada en los países más desarrollados, la Organización Mundial de la Salud (OMS) tiene constancia de la existencia de al menos 250.000 casos de lepra al año en todo el Planeta, siendo el sudeste de Asia, América Latina y África los lugares más afectados.
La lepra afecta a entre 15 y 20 personas cada año en España:
- .»No tenemos que estar preocupados pero sí tenemos que estar alerta», afirma el doctor José Ramón Gómez Echevarría, director médico de Lepra Fontilles.
- En torno al 70 por ciento de los casos son importados a consecuencia de fenómenos como la globalización o el incremento de los viajes y el turismoLa India es el país que más casos registra de lepra cada año. WWW.LEPROSYMISSION.ORG.UK
Si bien la indicencia en los países desarrollados es prácticamente inexistente, aún se siguen dando casos.
España no es una excepción en este sentido ya que según los últimos datos disponibles, a lo largo de 2012, se notificaron 9 nuevos casos de lepra en nuestro país (14, en el año 2011) en su mayoría casos importados, aunque también hay algunos casos autóctonos, generalmente de zonas históricamente endémicas como Andalucía, Galicia y Levante.
En cuanto a la evolución de la enfermedad las casuísticas se mantienen en torno a los 15 o 20 casos nuevos anuales; en lo que respecta a la prevalencia, en 2011 había 72 casos registrados y 56 casos en 2012.
«No tenemos que estar preocupados pero sí tenemos que estar alerta», afirma el doctor José Ramón Gómez Echevarría, director médico de Lepra Fontilles. De hecho la historia recuerda que en la década de los 50 había más de 7.000 casos censados de la lepra en España.
Esto significa que «el control es bueno», pero se debe ser consciente de que aproximadamente el 70 por ciento de los casos son importados a consecuencia de fenómenos como la globalización o el incremento de los viajes y el turismo.
En 1995, el Ministerio de Sanidad creó, a través del Real Decreto 2210/1995, la Red nacional de vigilancia epidemiológica y se elaboró un listado de enfermedades de declaración obligatoria, entre las que se encontraba la lepra.
Detección precoz
En España, al igual que en Europa y el resto de países ricos, «la lepra en los nativos es escasa», y estos enfermos «están bien controlados» con lo que la enfermedad «no es un problema». En gran medida, destaca el experto, es debido al compromiso del personal sanitario que reconoce mejor la enfermedad, lo que ayuda a una detección precoz y un tratamiento rápido que evita las posibles secuelas.
Para normalizar la situación de los enfermos y aumentar el conocimiento de la enfermedad desde la Asociación Fontilles se incide en la necesidad de eliminar el estigma que supone la enfermedad, su objetivo es eliminar del lenguaje el uso del término «leproso» y «lepra» como sinónimos de algo negativo y maldito, ya que el uso de estos términos inadecuadamente ha hecho que se perpetúen no sólo el estigma y la discriminación hacia las personas afectadas por la lepra, sino también los mitos y malentendidos sobre esta enfermedad.
Pese a ser una enfermedad erradicada en los países desarrollados, se siguen registrando casos en el primer mundo. De ahí que las autoridades sanitarias permanezcan en alerta ante la posibilidad de enfrentarse a esta y a otras enfermedades “antiguas y olvidadas” en el mundo occidental.
Fontilles pide la colaboración de todos para acabar con esta enfermedad. Además, insta a los medios de comunicación a que eliminen el término ‘leproso’ y ‘lepra’ como sinónimo de algo negativo y maldito.
La afección al sistema neurológico puede producir pérdida de sensibilidad, ocasionando mutilaciones en las manos y los pies o ceguera. Hay varias formas de lepra: tuberculoide, lepromatosa (forma contagiosa), dimorfa (lepra borderline) y lepra indeterminada.
La lepra lepromatosa o lepra tipo L es una forma de lepra cuyas lesiones cutáneas, las mas importantes, son extensas difusas y simétricas: máculas rojas, pápulas, mudosidades cobrizas (lepromas), con bordes imprecisos, elevados por una infiltración profunda. Se localiza preferentemente en la cara, en las muñecas, tobillos y rodillas. Se acompaña de rinitis y de afectación de la córnea, mientras que la afectación de nervios es menos frecuente. Esta es una lepra grave, muy contagiosa.
Desde 1995, la OMS
proporciona gratuitamente el tratamiento de varios fármacos a todos los enfermos leprosos del mundo; inicialmente lo hizo a través del fondo para
medicamentos de la Fundación Nippon, y desde 2000 mediante las donaciones de los medicamentos que hacen Novartis y la Fundación Novartis para el Desarrollo Sostenible.
Campañas nacionales y locales
El control de la lepra ha mejorado mucho gracias a las campañas nacionales y locales llevadas a cabo en la mayor parte de los países donde la enfermedad es endémica.
Desde la puesta en práctica de la Estrategia mundial mejorada para reducir la carga de morbilidad debida a la lepra: 2011-2015, los programas nacionales específicos prestan más atención a los grupos desatendidos y las zonas de acceso difícil a fin de mejorar el acceso y la cobertura.
En vista de que las estrategias de control son limitadas, los programas nacionales promueven la retención de casos, el rastreo de contactos, el seguimiento, la remisión de pacientes y la gestión de los registros.
Tratamiento:
En el pasado, el tratamiento de la lepra era muy diferente. El primer avance importante se realizó en los años cuarenta del s. XX con la obtención de la dapsona, un medicamento que detuvo la enfermedad. No obstante, la larga duración del tratamiento —de años o incluso durante toda la vida— dificultaba su cumplimiento.
En los años sesenta, M. leprae empezó a manifestar resistencia a la dapsona, el único medicamento antileproso conocido por entonces. A principios de los años sesenta se descubrieron la rifampicina y la clofazimina, los otros dos componentes del tratamiento multimedicamentoso.
En 1981, un grupo de estudio de la Organización Mundial de la Salud recomendó el tratamiento multimedicamentoso a base de dapsona, rifampicina y clofazimina, asociación que elimina el bacilo y logra la curación.El uso generalizado de esta pauta terapéutica ha reducido la carga de morbilidad de forma espectacular.
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