Hoy nos vamos de excursión al pico de “Sant Miquel Solterra o de les Formigues”, a 1202m, el techo de las Guillerias.
A finales del siglo X, arriba en el pico había el castillo de Solterra y tres siglos más tarde la ermita de San Miquel.
La leyenda de las hormigas cuenta que…
Según la leyenda, la montaña estaba llena de hormigas y éstas llegaban dentro de la iglesia. En su interior, había una imagen del Arcángel San Miguel con su espada. Las hormigas llegaron a la espada, subieron hasta la pierna y le mordieron. De la pierna salió una gota de sangre, la cual le devolvió la vida a San Miguel y éste, muy enfadado, levantó la espada y maldijo a las hormigas condenándolas a morir allí y a todas las hormigas del territorio. De aquí viene el nombre de “Sant Miquel de les formigues” (de las hormigas). Hoy apenas quedan vestigios, pero han dado al pico el nombre oficial y por esta razón, a los pies de una cruz, se pueden ver tres enormes hormigas de hierro.
Des arriba la vista es impresionante: a nuestros pies la inmensa masa forestal de las Guillerias, al este el Montseny, y al norte Collsacabra.
CÓMO LLEGAR:
Desde el pueblo de “Sant Hilari Sacalm”, seguimos las indicaciones hacia la fuente “dels Abeuredors”. Aquí dejamos el coche (hay poco espacio… ¡hay que llegar pronto!) y al lado de la fuente encontramos un cartel del inicio de la ruta.
¡EMPEZAMOS LA CAMINATA!
Empezamos a caminar por un camino perfectamente señalizado que sale a la izquierda de la fuente “dels Abeuradors”. Nos esperan sólo 4 km hasta la cima.
Es un camino fácil, ancho, que va subiendo poco a poco pero sin mucha pendiente.
Está lleno de castaños y, en otoño, es increíble la cantidad de castañas que encontramos por el suelo. Si nos paráramos a recogerlas todas ¡no llegaríamos nunca al final del recorrido!
Hemos de ir siguiendo en todo momento las marcas verdes que encontramos por el camino. Es imposible perderse.
A mitad del recorrido la subida se acentúa un poco.
Al llegar al km 3 de nuestra ruta encontramos la fuente de “Sa Guarda”.
A partir de aquí el camino se complica un poco, sube a través del bosque por un camino estrecho a la izquierda de la fuente. Hay que tener cuidado de no resbalar y seguir las marcas verdes pintadas en los árboles.
Al final llegamos a un enorme grupo de rocas. En la parte más alta encontramos a las hormigas que dan nombre a este pico. Hay que subir por las rocas con mucho cuidado pero al llegar arriba…
¡La vista no tiene precio!.
Descansamos un rato para coger fuerzas…
…y regresamos por dónde hemos venido.
Es una excursión fácil (exceptuando quizá el último kilómetro) en la que los niños seguro que disfrutan recogiendo castañas en esta época del año y los adultos respirando el aire limpio del bosque que recarga las pilas a cualquiera…
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