¿Qué le pasa a nuestro corazón cuando hacemos ejercicio?:
Durante la práctica de deporte o ejercicio físico, crece el ritmo del corazón. Este aumento está directamente relacionado con el tipo de ejercicio o deporte que se practica. Sin embargo, esta respuesta cardíaca a la estimulación física ni siempre es la misma. La respuesta del sistema cardiovascular durante el ejercicio corresponde al tipo de intensidad de la actividad que se realiza.
Este aumento en el número de pulsaciones se produce debido a que las células requieren más oxígeno, nutrientes y agua para mantener su equilibrio y funcionamiento y abastecer la musculatura que está siendo utilizada. Pero también aumenta la producción de residuos metabólicos y toxinas de células que será necesario eliminar. Como la sangre es responsable del transporte de los mismos y siendo el corazón el responsable de bombear sangre al cuerpo, él debe golpear más fuerte y más rápido para cubrir esta demanda, causando el aumento de frecuencia de las pulsaciones y, en consecuencia, el aumento de la presión realizada. La exposición crónica al aumento de la presión arterial puede dañar el corazón, los vasos sanguíneos del corazón y hasta mismo algunos órganos del cuerpo.
El aumento brusco de la demanda metabólica muscular durante el ejercicio físico es acompañado por un aumento que ocurre de forma casi inmediata del gasto cardíaco.
Durante el estado de descanso, alrededor de 1/5 del gasto cardíaco pretende satisfacer las necesidades del músculo, mientras que el resto se desplaza para satisfacer la demanda del sistema digestivo, hígado, bazo, riñones y cerebro.
Durante la práctica del ejercicio, el gasto cardíaco que atendía la musculatura era relativamente bajo, ahora aumenta considerablemente, desplazando una gran cantidad de sangre a los músculos activos, abasteciendo sus necesidades fisiológicas. Pero para que eso suceda sin daños al organismo, es necesario que la sangre sea repartida correctamente. Los órganos que pueden soportar un momento determinado con un menor volumen de sangre, ceden una parte del mismo a los lugares necesitados y, después del ejercicio, el organismo va volviendo al descanso y la sangre es de nuevo repartida para los lugares de mayor necesidad.
El corazón es un músculo estriado y como todo el músculo estriado puede desarrollar hipertrofia y aumentar su fuerza. Lo que distingue el musculo cardíaco del músculo estriado normal es el tipo de contracción. Mientras el músculo estriado normal, como el bíceps, se contrae de forma voluntaria, el músculo cardíaco se contrae involuntariamente. Debido a este proceso de contracción y relajación, a pesar de ser involuntario, se fortalece el corazón considerablemente, pero con el tiempo cada contracción cardíaca expulsará una cantidad mayor de sangre en un momento, reduciendo el número de pulsaciones por minuto. Este refuerzo del corazón se produce debido a la hipertrofia muscular del miocardio.
Cómo afecta el ejercicio a la frecuencia cardíaca:
FRECUENCIA CARDIACA EN REPOSO:
- Suele oscilar entre 60 y 80 latidos/min.
- Deportistas que participan en deportes de resistencia llegan a alcanzar 28-40 latidos/min.
FRECUENCIA CARDIACA Y EJERCICIO FÍSICO:
- La FC previa al ejercicio suele aumentar muy por encima de los valores normales de reposo. Es la respuesta anticipatoria pre-ejercicio regulada a nivel nervioso central por la corteza cerebral
- Durante el ejercicio físico se produce un aumento proporcional de la FC a la intensidad del ejercicio. De este modo, la FC se suele utilizar como indicativo de la intensidad del entrenamiento.
La frecuencia cardiaca es un parámetro fácil de medir y que cuantifica de una manera práctica y real la intensidad del esfuerzo físico a nivel cardiovascular. Su conocimiento nos permite saber y/o programar la intensidad de un ejercicio realizado o que queremos realizar. Por este motivo, cada vez con más frecuencia, los deportistas en sus entrenamientos y competiciones, sobre todo los atletas de fondo, utilizan pulsómetros que les permiten saber en cada momento la frecuencia cardiaca.
El corazón de los practicantes de ejercicios y atletas, es mayor do que el corazón de los sedentarios. Siempre mejorando el gasto cardiaco:
GASTO CARDÍACO = Frecuencia cardíaca x Volumen latido
Volumen latido= Cantidad de sangre expelida por el corazón a las arterias en cada latido
El corazón de un practicante regular de ejercicios es más saludable, más fuerte y está corriendo menor riesgo, en comparación con una persona que lleva una vida sin practicar ejercicios físicos, es decir, vida de sedentarismo.
Personas con hipertensión arterial, después de ser sometidos a un programa regular de ejercicios físicos, tienen su función cardíaca mejorada y la presión arterial regularizada, pudiendo llegar a evitar la toma de medicamentos antihipertensivos.
Durante el ejercicio físico, hay una vasoconstricción de las arteriolas que irrigan el cerebro, riñones, intestinos y musculatura menos exigida, así como los órganos y tejidos que no están siendo reclutados para ayudar al cuerpo durante la práctica del ejercicio.
Por el contrario, en las arteriolas de la musculatura trabajada, órganos y tejidos activos se produce una vasodilatación, lo que permite un aumento en el diámetro de las arteriolas, reduciendo la resistencia y aumentando el flujo de sangre local. Este proceso permite una mayor irrigación y un mayor volumen de sangre en la musculatura que está siendo reclutada para la práctica del ejercicio. En consecuencia, la cantidad de toxinas y residuos metabólicos se eliminarán más rápido, así como la nutrición de las células ocurre inmediatamente, retrasando así la aparición de la fatiga muscular e incluso de la aparición de posibles lesiones.
Este artículo ha sido elaborado con información extraída de:
- www.efdeportes.com
- www.hsnstore.com
- www.saludalia.com
- FISIOLOGIA DEL DEPORTE Y DEL EJERCICIO. Ed.Médica Panamericana.
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