DUERME Y CORRE

Cuando entrenas, corres, levantas pesas o practicas cualquier deporte, estresas tus músculos y articulaciones, provocas micro roturas de fibras musculares e inflamación. Entrenar sin recuperarse adecuadamente eleva los niveles de cortisol (hormona de estrés) en el cuerpo y lo “lastima, ” además limita el desarrollo muscular.

Dormir bien, igual que una correcta alimentación, forma parte del entrenamiento invisible.

Además, si el ejercicio se hace por la tarde o la noche, la adrenalina que se libera interrumpe el sueño. La solución está en dejar pasar entre tres y cuatro horas desde que se acaba la actividad hasta irse a dormir, que es el tiempo necesario para que baje el nivel de adrenalina.

Durante el sueño el organismo descansa y se recupera, y se facilita la asimilación de los conceptos del entrenamiento deportivo. Los tejidos se regeneran y asimilan todo ese entrenamiento y buena nutrición, convirtiéndolos en músculos más fuertes, potentes y desarrollados, que se traducen en menores tiempos en las carreras.

MEJOR RENDIMIENTO:

Según investigadores de la Universidad de Stanford (EE.UU.), la calidad del sueño, que antes era visto como un factor más para mejorar el rendimiento, ahora se convierte en esencial si lo que se pretende es conseguir un rendimiento óptimo.

Las conclusiones del estudio muestran una asociación entre los atletas que duermen más horas y un mejor rendimiento. Además se consiguió una mejora en el estado anímico y en la somnolencia diurna.

Aunque es cierto que la mayoría de deportistas y entrenadores creen que el sueño es un factor importante en el deporte, en realidad aún pocos son conscientes de que el rendimiento óptimo sólo se logra con unos correctos hábitos de sueño.

DORMIR LAS HORAS NECESARIAS:

Durante el tiempo de sueño se dan en nuestro organismo multitud de procesos que ayudan al deportista a mejorar su rendimiento. Además de los beneficios descritos, una buena calidad de sueño fortalece el sistema inmunitario y aumenta la resistencia a las enfermedades que puedan mermar la capacidad deportiva, favorece una relajación total del aparato locomotor (músculos, articulaciones y espalda se liberan de tensiones acumuladas durante el día) y permite ahorrar energía para el día siguiente ya que disminuye el gasto energético.

Convertir el sueño en parte de las rutinas de entrenamiento aumentando las horas de sueño semanas antes de una competición hasta dormir de 7 a 9 horas diarias, consigue mejorar los resultados obtenidos en la competición.

Durante el sueño la respiración también se hace más lenta y profunda, lo que beneficia la correcta oxigenación de todas las células y las prepara para el esfuerzo. Las células coronarias se benefician de la acción de la hormona del crecimiento y de la melatonina, esta segunda secretada por la glándula endocrina epífisis durante las primeras fases del sueño.

La melatonina parece presentar un papel protector frente a potenciales riesgos oxidativos ligados al ejercicio intenso.

En el caso de los corredores, la fase del sueño es el momento clave para reconstruir las reservas musculares, de azúcares, reparar los tejidos dañados durante el entrenamiento y eliminar el cansancio mental acumulado durante el día.

Se observa una importante actividad nocturna a nivel de los músculos, y también de los tendones y los huesos. Por este motivo, el sueño es especialmente importante durante los periodos con una fuerte carga de entrenamiento. Cuanto más se corre, mayor es la importancia de la fase de recuperación nocturna.

REDUCIR LOS RIESGOS DE SUFRIR UNA LESIÓN GRACIAS A UN SUEÑO DE CALIDAD

Numerosos estudios científicos han tratado de demostrar la importancia del sueño para la prevención de las lesiones y de los episodios infecciosos benignos en los deportistas entrenados.

– Una cantidad de horas de sueño insuficiente es el primer factor de aumento del riesgo de sufrir una lesión.

– Los deportistas que duermen de media menos de 8 horas cada noche se lesionan 1,7 veces más que los que duermen al menos 8 horas.

– Cuando están sometidos a una fuerte carga de entrenamiento, los deportistas entrenados tienen cuatro veces más riesgo de enfermar si su sueño se ve afectado que si conservan un sueño de buena calidad.

 

Este artículo ha sido elaborado con información extraida de:

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