El deporte es divertido y, además, afecta a la salud.
No hay ninguna otra estrategia (nutricional, farmacológica, higiénica) que tenga tantos y tan importantes efectos beneficiosos sobre la salud como la actividad físico-deportiva.
¿Qué deporte se debe practicar?
Esto está muy claro, uno debe practicar el deporte que le guste.
Sólo de esta manera se puede disfrutar y, lo que es más importante, mantener la práctica deportiva a largo plazo y, si es posible, durante toda la vida. De esta forma es como se consiguen mayores efectos beneficiosos sobre la salud.
Se ha definido el deporte recreativo como las actividades físicas que se realizan en el tiempo libre, con exigencias al alcance de cualquier persona, de acuerdo a su estado físico y edad, practicadas según reglas de las especialidades deportivas o establecidas de común acuerdo por los participantes, con el fin de mejorar la calidad de vida y la salud de los practicantes, así como fomentar la convivencia familiar y social.
Muchos deportistas inician su práctica para mejorar sus hábitos saludables (evitar el sedentarismo, perder peso, sentirse mejor, etc.), otros para pasarlo bien, pero otros pretenden competir.
Cuando se inicia una actividad deportiva hay que escogerla acorde a las posibilidades de cada uno, pero también, que sea lo suficientemente atractiva para poder realizarla durante todo el tiempo posible.
El entrenamiento debe ser programado de una forma progresiva, de menos a más, permitiendo que el organismo se vaya adaptando a los requerimientos progresivamente crecientes que posiblemente se quieran realizar.
¿Cómo es el entrenamiento?
El entrenamiento debe realizarse con un objetivo. Es importante marcarse una meta porque de ella dependerá la forma de entrenar. No obstante, se debe realizar de forma regular, constante y, si es posible, durante toda la vida. No es recomendable la práctica deportiva esporádica o con una frecuencia baja, por ejemplo, un único día a la semana.
Para mantener una forma de vida sana y mejorar la salud, el entrenamiento debe realizarse a una intensidad baja a moderada, un mínimo de tres días por semana y en sesiones de 20-30 minutos, aunque es preferible que se realice el mayor número posible de días semanales.
El entrenamiento para tratamiento de enfermedades crónicas debe realizarse bajo prescripción médica e individualizarse en cada caso.
Dentro del deporte recreacional o aficionado con cierto sentido competitivo, hay un espectro de práctica deportiva amplísimo, desde el jugador de deporte de equipo o ciclista que realiza una práctica semanal de fin de semana, hasta el maratoniano, triatleta o ciclista que invierte hasta 12-15 horas de entrenamiento semanal y que busca conseguir marcas.
¿La sesión acaba con la finalización del entrenamiento?
No es recomendable finalizar la actividad deportiva de repente.
Es conveniente que el deportista realice un periodo de vuelta a la calma trotando o caminado en lugar de cesar súbitamente la actividad, especialmente si el entrenamiento ha sido intenso y si el deportista es mayor.
Además, hay que realizar una nueva serie de estiramientos.
Ducha, cambio de ropa, abrigo adecuado, si el ambiente es frío y buen descanso, para poder emprender una nueva sesión de entrenamiento en condiciones de sacarle el mayor provecho posible, son rutinas básicas tras la sesión de entrenamiento.
El deporte puede ser divertido, no hay que tener pereza.
Este artículo ha sido elaborado con información extraida de:
www.femede.es
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